viernes, 6 de marzo de 2015

Martxoak 21ean, Duintasun Martxek Madril hartuko dute berriro ogia, lana, etxebizitza eta duintasuna aldarrikatuz



Las Marchas de la Dignidad vuelven a Madrid ca-minando hacia la huelga general, con el objetivo de exigir una vida con dignidad. Desde todos los puntos del Estado español, columnas de dig-nidad se movilizarán para defender el programa del movimiento de las Marchas de la Dignidad, como paso previo a la convocatoria de la movi-lización general de octubre concretada en una huelga general laboral, de consumo y social.

A un año de la conmemoración de la gran ma-nifestación del 22M, que concentró en Madrid a centenares de miles de personas que reivindica-mos una vida digna, la situación no ha cambiado a mejor y se profundizan las consecuencias de los perversos efectos de las llamadas políticas de austeridad impuestas por la Troika contra la mayoría social del Estado español.

La terca realidad desmiente de forma descarnada a los Gobiernos del Partido Popular, PNV y UPN y a los poderes que los apoyan. La campaña de publicidad para vender la idea de que hemos sa-lido de la crisis en la que están inmersos los Go-biernos y los poderes económicos y mediáticos adictos a este régimen bipartidista monárquico, se da de bruces con la situación en la que hoy se encuentra la mayoría social. A quienes siguen los dictados de instituciones que no se han sometido al sufragio de la ciudadanía: ¡Hay que echarles!

En efecto, la tasa de paro en el Estado sigue si-tuada en el 24 % de la población, con más de cinco millones y medio de personas en situación de desempleo. En Hego Euskal Herria son casi 240.000 personas, el 40% no tienen cobertura de desempleo. Cerca de tres millones de personas carecen de ingresos, situación que afecta a más de medio millón de hogares. El empleo que se crea es precario y con salarios de miseria, por lo que hoy se es pobre incluso teniendo empleo. En este sentido. la diferencia salarial entre hombres y

mujeres es del 24%. El paro juvenil sigue superan-do el 55 % y cada día son más las personas jóve-nes que, como sus abuelos y abuelas, tienen que emigrar para poder tener el futuro que este país les niega. Las pensiones pierden poder adquisitivo año tras año y su revalorización es una vergüenza.
En esta situación económica es alarmante el au-mento de la pobreza que se sitúa en el 30 % de la población, una de cada cinco personas está en riesgo de pobreza severa y de exclusión social, esta pobreza tiene mayoritariamente rostro in-fantil y de mujer. El aumento de la precariedad social, fruto de estas políticas de recortes que se aplican en Madrid, Gasteiz e Iruñea, de la preca-riedad laboral y salarial, de eliminación de dere-chos y coberturas sociales, aumenta el número de personas afectadas por los desahucios y por lo que se ha dado en llamar pobreza energética. Este invierno han muerto personas a consecuen-cia de la precaria situación de los hogares.

La corrupción y las irregularidades fiscales roban a las arcas del Estado español un 5% del PIB, y junto a ello, la política fiscal beneficia a los y las que más tienen, recayendo la carga sobre la clase trabajadora y la mayoría social. Hoy en el Estado español aumenta el número de personas millo-narias y también el número de personas pobres, agrandándose la brecha social.

Todo ello tiene sus efectos por la reforma del ar-tículo 135 de la Constitución española, mediante la cual se hipoteca toda soberanía popular a los dictados de la UE y el BCE, priorizando el pago de la deuda a especuladores, al bienestar y los dere-chos de la mayoría social. Es patente la descompo-sición del régimen del 78, y de una Constitución que no reconoce los derechos de los pueblos y naciones del Estado y que ya es papel mojado en sus referencias a derechos y libertades.

Ante ello y como respuesta a la movilización so-cial contra estas criminales políticas, el Gobierno aumenta la represión contra el pueblo, la reforma de la Ley de Seguridad Ciudadana y del Código Penal, que tiene por objeto la merma de dere-chos y libertades para silenciar a un pueblo que sufre y al que están empobreciendo como medio para la dominación y la explotación.

Las marchas de la dignidad vuelven a pedir a la mayoría social y a la clase trabajadora que se
movilicen, que demuestren en la calle que QUE-REMOS VIVIR CON DIGNIDAD, que identifi-quemos la culpabilidad de esta grave e injusta situación social y defendamos el programa de las Marchas de la Dignidad.